Desde pequeña tuve señales que no sabía cómo explicar: sueños que se cumplían, intuiciones que me alertaban y una sensibilidad que me conectaba con el dolor ajeno. Durante años intenté ignorarlo. Hasta que entendí que no era una carga, sino un propósito.
Mi don va más allá de las cartas. Lo que veo, lo que siento y lo que canalizo nace de una conexión real con lo invisible, con lo que no se dice pero se siente. Uso el tarot como una herramienta poderosa para confirmar lo que ya percibo… y ayudarte a entender lo que ahora parece confuso.
Hoy, después de años de experiencia, de guiar a tantas personas en sus momentos de duda, sé que lo que ofrezco no es solo una lectura: es una consulta de tarot honesta, directa y hecha con el corazón.